La decisión de la empresa Transmetro de suspender la operación del sistema durante los partidos claves del Junior en el estadio Metropolitano ha generado una gran controversia ciudadana.

Sin embargo, la opinión mayoritaria es que, definitivamente, esto demuestra que el vandalismo, por lo pronto, le gana la partida a las autoridades.

Con la suspensión del servicio, a partir de las 7:10 de la noche de este jueves festivo, con motivo del partido Junior vs América, el objetivo es prevenir y minimizar las posibilidades de actos vandálicos contra los vehículos del sistema al final del partido fuera cual fuera el resultado por la costumbre inveterada de violencia después de un partido del equipo barranquillero.

Para Transmetro, las estadísticas son muy preocupantes después de concluidos los partidos claves del Junior: en 2016, trece vehículos fueron atacados, con daños en los vidrios y lesiones para un conductor. En 2017 han sido atacados 3 buses y 2 usuarios resultaron heridos. Esto ha implicado la suspensión de la operación durante 37 minutos como consecuencia de estos actos violentos.

Según la empresa, nada garantiza que esto no se vuelva a registrar, especialmente en partidos de alta complejidad.

Fue por ello que se decidió que, en encuentros de alto riesgo, la operación del sistema sea suspendido, como también ocurrirá el domingo 30 de julio, cuando Junior recibirá al Atlético Nacional, a las 8 de la noche, en el Metropolitano, con el fin de proteger el sistema, la integridad de los pasajeros y de los operadores.

Para el común de la gente, es lógico que la empresa Transmetro proteja la integridad física de pasajeros y conductores, así como su parque automotor, seriamente afectados por los reiterados actos vandálicos en los alrededores del Metropolitano.

Lo cuestionable corre por cuenta de las autoridades encargadas de velar por la seguridad ciudadana, que no han podido combatir o erradicar las bandas o pandillas que tienen azotada esa zona entre Barranquilla y Soledad y que tanto daño le vienen haciendo al bien común.

Esa es precisamente la crítica que se le viene haciendo a las autoridades que no han podido acabar con este vandalismo, al extremo que se tenga que suspender la operación del Transmetro para minimizar el impacto de los desmanes.

Para Transmetro, esta decisión no es la ideal, pero frente a los cuantiosos daños y el riesgo para la integridad de las personas, no queda otra alternativa.

En lo sucesivo, la medida seguirá aplicando en los partidos de alta complejidad y la operación reanudará de acuerdo con el horario y las condiciones de orden público.